DE
LAS DISCRETAS RAZONES QUE CARLOS PASO CON EL CABALLERO ANDANTE , Y
DE LA AVENTURA QUE LE SUCEDIÓ CON LA VISITA A LA EMPRESA , Y OTROS
ACONTECIMIENTOS FAMOSOS.
Parecerme,
señor mio, que todas estas desventuras que estos días nos han
sucedido , sin duda alguna han sido pena del pecado cometido por
vuestra merced contra la orden de la caballería, no habiendo
cumplido el juramento que hizo de no volver a las andadas de no ver
fantasmas y diablos allá donde solo hay palets. Tienes mucha razon
Kati – dijo Lorenzo Andante – mas para decirte la verdad , ello
se me había pasado de la memoria y también puedes tener por cierto
que por la culpa de no habérmelo tu acordado en tiempo te sucedió
aquello de que al pinchar el palet, delante de la reina Maria, el muy
embrujado no solo no te obedeciese, si no que resulto conteston en
referencia e insistencia a devirte que“ NO”, como desobedeciendo
te. Menos mal que Carlos hizo la enmienda- a lo que Carlos pregunto -
¿ Pues jure yo algo por dicha de la caballeria ? No importa que no
hayas jurado, dijo Lorenzo andante; basta que yo entiendo, que de
participantes estando a mi lado, también sois protegidos y podéis
saborear el sentiros caballeros.
En
estas y otras pláticas les tomo la hora de empezar, y ya Carlos solo
añadió, pues hoy vuelve otra visita, así que tened fe en vuestro
trabajo y la gente os observara como la desarrolláis.
Estando
con Kati, Ana y José ,viose por el mismo pasillo que iban, venían
hacia ellos gran multitud de gentes, que no parecían si no estrellas
que se movian.pasmóse el caballero andante en viéndolas, y josé
que ya le conocia no las tuvo todas consigo. Viendo que las estrellas
se iban acercando a ellos, y mientras se llegaban mas numerosos
parecían.
Esta
sin duda José debe ser grandisima y peligrosisima aventura, donde
sera necesario que yo muestre todo mi valor y esfuerzo, ¡ Ya
empezamos !- dijo José – que esto es gente, es visita que viene a
observar como trabajamos, no mesea mal nacido, y valame dios no nos
lie una buena, que viene acompañados por la reina Maria.Por mas
gente que sea, como vos los llamáis – dijo Lorenzo Andante – yo
estoy seguro que a la reina Maria la traen como reen, pero no
sufrais que la otra vez, a mi me tuvieron arriba, pero esta vez podre
yo como quisiera esgrimir mi espada,.vamos a ver -- le quiso explicar
José, haciendo esfuerzo por no perder la calma – que vienen de
visita , que viene en son de paz, no la vayamos a liar, que de esta a
todos nos despedirán sin poder ni rechistar. Te ruego José que
tengas buen animo, déjame a mi que de esto yo se lo que hago. -
añadió Lorenzo Andante.
Y
cuando José , le hiba a replicar, en aquel punto vio que el
caballero andate, sin hacer otro discurso, enristro el cutex, subió
a su caballo, ( toro ) y con el gentil sonido del motor poniéndose
en marcha, se puso en la mitad del pasillo por donde los caminantes
forzosamente debían de pasar, y cuando los vio cerca, alzó la voz y
dijo: Deteneos, caballeros y gentiles damas, quien quiera que seáis
y dad me cuenta de quien sois, de donde venís, a donde vas , qué es
lo que en el pensamiento lleváis, que según las muestras o el
pedido que habéis fecho , y conviene y es menester que yo lo sepa,
por que según el tamaño , o bien sea para castigaros del mal de no
ser grande, o bien sea para que a mi reina María le de una alegría.
Vamos de prisa dijo uno de los visitantes, que este muchacho esta muy
raro, y no me gusta nada., y esta la salida lejos y aun nos puede
atropellar con la maquina. Y picando el paso se estuvieron a punto de
marchar, si no fuera por que Carlos salio al paso y gritando dijo;
Harto cansado estoy de tanta tontería, suplico a vuestra merced si
es caballero cristiano , que no atropelle , que cometerá un
sacrilegio, que soy licenciado y tengo los galones de ser vuestro
capitán en jefe. A lo que José , se encamino hacia Carlos, para
recordarse que el el caballero cuando entraba en-trance no conocía a
nadie y …..................
Pues
decidle a esta gente que se rinda, o yo acabare con ellos ; Sabrá
vuestra merced – dijo Carlos – que denantes dije que era
licenciado y tengo las primeras órdenes, soy natural de aquí del
sótano y vengo de la ciudad de Lliria con otras gentes a enseñarles
el poblado. Quiero que sepa vuestra reverencia -- dijo Lorenzo
andante – que soy caballero de Valencia llamado Lorenzo andante, y
es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos y
desfaciando agravios. No se como puede ser eso de enderezar tuertos –
dijo Carlos – ; pues a mi me habéis dejado tuerto, al ver
vuestra reacción a semejante naturalidad como que las personas
vienen a visitar esta parte del poblado que llamamos sótano, y
harta desventura ha sido topar con vos, que vais buscando aventuras.
No todas las cosas , respodio Lorenzo Andante: suceden de un mismo
modo, el daño estuvo señor bachiller Carlos , en venir como vinades
por los pasillos, todos mirando y murmurando, y así yo no puedo
dejar de cumplir con mi obligación acometiendoos, y sacar de las
brazas de esa gente a la reina Maria, que me dio tenían secuestrada.
Ya
la rina Maria pasado el sobre salto, y subiéndose a la parte de
arriba del poblado, dejo a Carlos que hablase según consecuencias
con el tal Caballero andante.
Se
iba hacer sus cosas lorenzo andante, cuando fuese llamado por su
superior Carlos; Olvidabaseme de decirle, que advierta a vuestra
merced que queda descomulgado, o dicho de otra forma, este mes
veremos si cobra.por haber puesto asustado a la visita y a la reina
María que les acompañaba. Justa ilud: sit quis suadente diabolo. No
entiendo ese latin , respondió el caballero andante; mas yo se bien
que no asuste a nadie, tan solo les advertí, cuanto mas que yo pensé
que a la reina María traían secuestrada , a quien respeto y adoro
como , católico , y fiel luchador en este castillo que soy.
En
oyendo esto, Carlos se fue como queda dicho, sin replicarle palabra ,
donde se acercase a el José , Kati y Ana, para decirle . Señor ,
vuestra merced ha acabado esta peligrosa aventura lo más cerca de
que la pagasemos todos, esta gente aunque asustada y asombrada,
podría ser que cayese en la cuenta, de que los asusto una sola
persona y aunque asombrados desto volviesen a rehacerse y seguir
observando la empresa, dándole tiempo a la reina María, para aun
poder sacarles de forma gentil un buen pedido, pero le juramos aquí
los tres, que si a la oficina nos llaman para alguna reprimenda,
escondase donde pueda, que a palos le sacamos de este sótano.
Otra aventura de LORENZO ANDANTE
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