DONDE
SE PROSIGUE LA NARRACION DE LAS CRONICAS DE DISBER Y NUESTRO
CABALLERO.
Recuerdo
que era Lunes, lo recuerdo por que fue al día siguiente de un
Domingo, llegose yo a la empresa y cerca de donde estaba la escalera
de dirigirse a el sótano, estaban el bachiller Carlos y la
administradora de trabajos Mariangeles, con una conversación que se
disipo cuando ya han llegado yo a su altura, así pues mis dudas se
disiparan al dirigirse hacia mi y con voz suave avisarme de que debia
salir a “ repartir”.¡¡ Por san hipolito !! que es eso pregunte,
a lo que ella respondió ; dado que Carlos ya me ha avisado de que de
en vez en cuando la chaveta se le va, se lo explicare de tal forma
que lo pille con cierta rapidez.
Un
carruaje le van a dar, y alla donde los papeles señalen debe
dirigirse con toda rapidez , para hacer entrega de unas cestas que
seguro le ayudara a buscar las aventuras por esos mundos. Palabras
mágicas sabes emplear,- dijo Carlos – pues a lorenzo en nombrale
aventuras ya le tienes convencido y seguro que ya en su cabeza andará
rumiendo las cosas que a todo caballero andante le sucederán.
Contento,
por ello, me puse a buscar ese gran carruaje, que era mucho de color
rojo , y pregunto-se por su nombre para curiosidad mía, Iveco se
llama ; me respondió y esta en descargas respondió Carlos ; vaya a
buscarlo y que Dios le acompañe que en buena falta le ara.
Cuando
llegue ante el tal carruaje, pregunte a los mayorales llamados
vicentes, ¿ donde estan los caballos, y cuantos tiene esta carroza ?
Con cara muy extraña, me miro uno de ellos, el que dicen es real ;
pues en el motor ¿ donde van a estar ? Y cuantos son no lo se, pero
estese tranquilo que forraje no le tiene que dar. Huy
que cosa mas rara un carruaje que tiene los caballos escondidos,
pense. Y al subirme y sentarme en el sitio del cochero , fijose yo
que las riendas eras redondas; a lo que pense, esto es cosa de
brujeria, pero a mi no me achican estos encantamientos.
Salí
con el carruaje hacia Marines pueblo de grandes pintores pensé, ya
que voy a una fabrica de pintura tan grande como el castillo de
grisantemo, lo que deduzco que en el pueblo hay mucho habitual del
pincel o tal vez de la brocha.
Cuando
llege a las puertas de la tal empresa, debia detenerme en la puerta
donde un soldado me requisaría si llevaba mi espada, y me obligaría
a ponerme un peto amarillo chillón. Sepa ud, que soy un caballero
andante , y los tales estamos exentos de las normativas que rigen
para cualquier labrador o pastor de las aldeas; le dije al soldado
-vigilante; Pues no le entiendo a lo que me dice, pero no se quien es
, ni vos, pero aquí se cumplen las normas ; me contesto con voz de
enfado ; pero o se pone el peto o no pasa, vos dirá. ¡¡
albricias!! pensé, este mal fugado, me dejara sin aventuras como no
me deje pasar; así que entre dientes le dije; bueno pero sepa
vuestra merced que me quejare a mi administradora Mariangeles nada
mas llegar de vuelta a el castillo de Disber, pues no se puede tratar
así a tan alta fama de la que dispongo como caballero andante. ¿ va
a pasar o no ? Que no dispongo de todo el día ; volvió a replicar
el soldado-vigilante; y tenga ud este salvoconducto, para llegar a el
muelle once, y no se baje de carruaje hasta que no vayan a buscarlo.
Entre
por las calles de el poblado de pinturas y anduve buscando el muelle
once, a lo que caí en la cuenta de que me había tomado el pelo el
de la puerta, pues mulles solo debe haber en los puertos; Mala
garrota le den al bellaco, y sin pensarlo , pare el carruaje y me
dije, si quieren que vengan a buscarme aquí, pues de aquí ya no me
muevo.
Y
quiera la suerte que acertó a pasar por allí un señor de ese mismo
lugar que viéndome allí parado, se acerco y me pregunto que quien
era y que mal sentía que allí estaba parado ; De Disber vengo y
traigo unas cestas para este castillo, y vuestro señor portero –
vigilante , en mala honra me a tratado, a lo que he decidió
plantarme aquí y esperar el momento de solucionar el agravio con una
justa.
El
señor estaba admirado oyendo aquellos disparates y queriendo quitar
hierro a el asunto le dijo ¿ quien a puesto a vuestra merced de esta
suerte ? Ya os digo – respondí, las mismas palabras y razones que
en anterior, por lo que el señor se iba dando a el diablo al oir
tanta maquina de necedades , y dejándome en el muelle once, me
descargo las cestas que llevaba, para desearle que saliese lo antes
posible pues le parecía que andaba un poco peligroso al relatar los
echos como lo hacia ya que parecía mas bien un poco ido que todo un
caballero. Yo se quien soy – respondí – y se que puedo ser , no
solo un gran caballero andante , que ni aun con todos los doce de la
mesa redonda, ni el mismo Cid podrán igual mis hazañas. Y saliendo
de el castillo de pinturas , grite por la ventanilla de mi carruaje a
el soldado- vigilante de la puerta, ; ¡¡ desventurado seáis !! que
como nací para morir os digo que volveré pero la próxima con mi
lanza y que cuando atraviese esta puerta fuchares de mi camino u os
atravieso hasta la empuñadura.
Todo
esto llego a oídos de Mariangeles y preguntado a el bachiller Carlos
si fuese posible verdadero tal inspedio de disparate, pensó que esta
le venia de molde para el paso en que se hallaba , ya que el no
queria que el tal caballero del sótano saliese; dijo con muestra de
grande sentimiento - historia sabida de todos , no ignorada de los
mozos , celebrada y aun creída por las transpaletistas , con todo
esto yo os aconsejo que no lo volváis a apartar de mi lado, ya que
aquí se recupera de tales atroces que pasan por su cabeza, y si
acaso de vez en cuando se suba a ayudar a las guerreras , que eso le
calma el alma y con ello ese ardor guerrero que le nubla la razón y
es tan perjudicial para el.
En
cuidado me lo tengo; dijo Mariangeles y lo hablare con quien fuese
ocasión de ver si le damos ayuda para tanta locura, pero lo cierto
es y digo que ese trabajo no lo hacia mal del todo, lastima que eso
de las aventuras y los caballeros andantes , sea del diablo o no , lo
debamos de sopesar. ya os digo que en cuenta me lo tengo, y para cuando venga la reina Maria habra que informar y lo trazare de modo cuidadoso. Por el momento os digo Carlos, que le mantengáis aquí en el sótano al cuidado y no perderé de vista, no sea que arme una gorda de la cual estemos arrepentidos durante los siglos verederos.
Todas estas platicas estaba escuchando muy atento el caballero andante y dirijiendose a Carlos, le dijo; Creerme que os podéis llamar afortunado por haber alojado en este vuestro sótano a mi persona. Solo os digo que tendré eternamente escrito en mi memoria el servicio que me habéis dado para agradecéroslo mientras la vida me durare.
Mientras que el bachiller Carlos, ya estaba mas acostombrudao, la buena de Mariangeles seguia confusa oyendo las razones del andante caballero, que le parecia mas bien que hablaba en griego, pues las palabras sonaban a como no usadas a semejante lenguaje, mirabale y admirabale pues le pareciese otro hombre , mientras por su cabeza pasaba la idea / que pena de chico, habra que engañarlo para que acuda a un medico / . A lo que mientras el caballero andante , se marchaba a el sotano, le dijo a el bachiller Carlos; lo dicho mantelo contigo y que se relaje, estudiaremos su caso aunque lo tenga que hablar con el padre de la reina.
Una aventura contada por LORENZO ANDANTE
Para el blog ELMOTERO QUIJOTE
Todas estas platicas estaba escuchando muy atento el caballero andante y dirijiendose a Carlos, le dijo; Creerme que os podéis llamar afortunado por haber alojado en este vuestro sótano a mi persona. Solo os digo que tendré eternamente escrito en mi memoria el servicio que me habéis dado para agradecéroslo mientras la vida me durare.
Mientras que el bachiller Carlos, ya estaba mas acostombrudao, la buena de Mariangeles seguia confusa oyendo las razones del andante caballero, que le parecia mas bien que hablaba en griego, pues las palabras sonaban a como no usadas a semejante lenguaje, mirabale y admirabale pues le pareciese otro hombre , mientras por su cabeza pasaba la idea / que pena de chico, habra que engañarlo para que acuda a un medico / . A lo que mientras el caballero andante , se marchaba a el sotano, le dijo a el bachiller Carlos; lo dicho mantelo contigo y que se relaje, estudiaremos su caso aunque lo tenga que hablar con el padre de la reina.
Una aventura contada por LORENZO ANDANTE
Para el blog ELMOTERO QUIJOTE
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