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lunes, 10 de febrero de 2020

SAN VALENTIN, POR LOS INDALICOS.




SAN VALENTIN , concentración de los INDALICOS.
En nuestro caso han sido tres días, así que tratare de contar lo allí vivido por capítulos.
CAPITULO   I – Donde se cuenta la llegada y primera noche de este Andante Motero y su también motera mujer, Dulcilicia.





Hace tiempo que dije que la fuerza de los Indalicos es la cohesión del grupo, sé que todo perfecto no puede ser, que habrá alguna pequeña diferencia entre los miembros, pero nada que un buen presidente no sepa solucionar para el bien del conjunto. Y es cierto que eso necesita una buena compañía que te apoye, ya dijo alguien en un su momento que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer, pues eso sumado por todas las parejas que forman el grupo  de los Indalicos  hace que año a año los moter@s que vamos disfrutemos del fin de semana, tanto en San Valentín , como en Los pollos.








Este viernes nos fuimos una vez más a la concentración SAN VALENTIN organizada por los Indalicos, hotel a pensión completa a un precio especial para los moter@s y derecho a conciertos muy buenos  y rutas muy bien organizadas. Eso es la concentración de tres días, luego ya cada un@ lo disfruta como mejor quiera, yo por ejemplo no soy de mucho concierto, pero disfruto viendo como l@s moter@s se lo pasan bien, como hay moter@s que estarían toda la noche bailando rock aunque a la mañana siguiente no puedan moverse, pero eso es la esencia del espirito .









Yo soy más de disfrutar de la ¨tranquilidad y descanso ¨ después de un viaje disfrutando de los paisajes. Adoro un café o una buena cerveza, según la hora con una charla tranquila y observando a mí alrededor.
El viernes noche, estando en los preparativos del concierto, observaba a la gente y pensaba…hay que ver lo que hace las motos, otro viernes cualquiera la mayoría de estos personas  estaríamos sentados en el sofá de casa en chándal o incluso en pijama viendo – sálvame . o Tu cara me suena – en cambio hoy aquí estamos , con nuestras motos a la puerta del hotel, con nuestros chalecos, y la cerveza en la mano mientras nuestras mujeres más resplandecientes con sus pantalones de piel o vaqueros, su chaleco del club y dispuestas a disfrutar bailando.






 Como cambia el espíritu del día a día, a una noche con los Indalicos. Supongo que el que no conozca este mundillo y lo vea desde fuera pensara que no somos normales, pero lo cierto es que esa misma gente nos tiene envidia por como lo disfrutamos. 




CONTINUARA…..

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