FARO DE TORROX - MALAGA
Se terminó de construir el día 1 de mayo de
1864. Funcionamiento automático, eléctrico, encendido por célula fotoeléctrica.
Tiene una altura de 39m. sobre el mar y 26m. sobre el suelo.
En 1905, Tomás García Ruíz, el torrero del
faro, comenzó a excavar alrededor de dicha torre. Allí encontró lo que en su
día fue la villa romana Clavicum. Hoy en día, en su interior se puede visitar
un museo con estos restos arqueológicos romanos. Asimismo, alrededor de esta
construcción yace la villa del Faro.
Muy próximo al Faro hay unos asentamientos de
época romana. Los restos documentados hasta este momento nos muestran la
existencia de una villa situada junto al mar, dedicada a la explotación de la misma,
con una factoría de salazones asociada a ella, reutilizada posteriormente como
necrópolis. Por otro lado se han localizado también unas termas y un complejo
alfarero destinado a la elaboración de ánforas que suministraría recipientes
para el envasado y comercialización de las salazones y salsas elaboradas a base
de pescado producidas en la factoría.
La provincia de Málaga cuenta en la
actualidad con seis Faros, que ahora tienen un papel secundario como ayuda a la
navegación por la implantación del GPS.
El Faro de Torrox es el único con uso
público, ya que está cedido al Ayuntamiento para uso cultural, para albergar el
Museo Marino de Torrox en su interior, un camino que están emprendiendo El Faro
de Marbella, El Faro de Torre del Mar y La Farola de Málaga. En el proyecto
para un museo marítimo en la Farola, se podrían exponer piezas de la historia
del Puerto, como restos del viejo siglo.
Una vez visitado el Faro, nos vamos hacia Almuñécar
por la costa que tiene una carreteras preciosas, bordeando el mar pasando por
Nerja, la herradura y al final nos espera una cerveza bien fresquita en el
Muelle7 con el mar delante.
Y como no, la comida también tenía que ser al
borde del mar, por lo que nos vamos al restaurante dirigido y propietario
nuestro amigo Eladio - TITO YAYO.
Comer arroz en Valencia significa comer en la
misma paellera, así que comer en el Tito Yayo arroz con gambas como en casa, no
tiene precio.
Y con la tarde ya a mitad y el cuerpo lleno,
hay que coger la moto y volver a casa.
Y ya con el estómago lleno y cayendo la tarde,
nos vamos para Granada.
Un reportaje de LORENZO ANDANTE Y DULCILICA
Para el blog EL MOTERO QUIJOTE.
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