Autores hay que dicen que
la primera aventura que le vino fue la de la salida en moto a Onda de Castellón;
otros dicen que la de Denia a comer; pero lo que yo he podido averiguar en este
caso, y lo que he hallado escrito en los anales, es que centenares de aventuras
hay y qué más da la primera que otra.... Pero en hoy os hablare de
Fuese llegando a la feria (que a él le parecía castillo), y a
poco trecho que anduvo, se llegó al stand de Vegamar, y vio a las tres
distraídas mozas que allí estaban, que a él le parecieron tres hermosas
doncellas, o tres graciosas damas, que detrás del mostrador se estaban
esforzando en dar degustación de tan afamados vinos, junto con el caballero
Pedro el Mayor y su escudero Pepe, también conocido por Cebolla, que en esto de
apodos no hay que hacer bromas, pues viene de generaciones y no debemos faltar
a los tatarabuelos, que ya están ausentes.
Como iba diciendo,
señoras mías (me presenté), aquí mi Dulcilicia, los Sres. de Alicante Antonio y
Guillermo, las damas Ángela y Lourdes y el mío; que puesto que no quisiera
descubrirme fasta que las fazañas fechas en vuestro servicio, es causa que
sepáis mi nombre ya; pero aunque tiempo vendrá en que las vuestras señorías me
manden y yo obedezca, y el valor de mi brazo descubra el deseo que tengo de
serviros en próximos repartos, pues lo que vosotras aquí empezáis, yo en
venideros días lo terminaré entregando tan suculento vino en su destino.
Las mozas, que no
estaban hechas a oír semejantes retóricas, no respondían palabra; sólo me
preguntaron si quería beber alguna cosa. Cualquier blanco, yo respondí, porque
a lo que entiendo me haría mucho al caso y no había en toda la feria otro vino
tan mejor ofrecido y presentado que por tan grandes bellezas.
Y así, probando un
vino y otro se me hizo un pensamiento, lo cual acabado llamó al ventero que era
el caballero Pedro, y encarándose con él, se hincó de rodillas ante él,
diciéndole, no me levantaré jamás de donde estoy, valeroso caballero Pedro,
fasta que la vuestra cortesía, me otorgue un don que pedirle quiero, el cual
redundará en alabanza vuestra y en pro del género humano. Pepe que vio a su
huésped el caballero andante a los pies de Pedro, y oyó semejantes razones,
estaba confuso mirándole, sin saber qué hacerse ni decirle, y porfiaba con él
que se levantase; y jamás quiso, hasta que le hubo de decir que él le otorgaba
el don que le pedía. No esperaba yo menos de la gran magnificencia vuestra,
señor mío, respondí; y así os digo que el don que os he pedido, y de vuestra
liberalidad me ha sido otorgado, es que mañana, en aquel día, me habéis de
armar caballero, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo,
para poder, como se debe, ir por todas las cuatro partes del mundo buscando las
aventuras en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de
los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es
inclinado el ser el mejor repartidor de vinos.
Pues Vegamar es la mejor bodega que hay, y eso es posible
gracias a todos los que componen tan grande empresa, desde el primero hasta el
final, o el último que sería mejor decir.
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