¿Por qué los cambios nos producen miedo o incertidumbre?
Pongamos un ejemplo: debes cambiar tu residencia para encontrar trabajo o,
simplemente uno mejor.
El miedo a no saber si va a ser lo acertado y si el coste
emocional y personal va a valer la pena, es sin duda el principal temor hacia
ese paso determinante que habrá de cambiar nuestra vida.
Los cambios cuestan, los cambios duelen, pero son necesarios
para nuestra evolución como personas, con el fin de encontrar no solo la
felicidad, sino el sosiego y nuestra propia integridad. Resulta curioso por
ejemplo que en la cultura oriental la palabra “cambio” se represente con dos
ideogramas que a su vez ilustran dos términos: “peligro” y “oportunidad”.
Realmente significativo.
Todo cambio implica una gran dosis de valor personal. Nos obliga
a adaptarnos a las nuevas condiciones del entorno, ahí donde hemos de invertir
buena parte de nuestro esfuerzo emocional y físico, a la vez que arriesgar
nuestro bienestar y seguridad.
Todo esto lo iba pensando mientras viajaba en la moto desde hace
ya un tiempo, Dulcilcia viaja con su moto y yo con la mía siempre detrás de
ella… me gusta ir detrás, me permite mientras hacemos km, pensar en todo ello,
en todo lo que hemos conseguido, lo que hemos dejado atrás, como hemos
afrontado los cambios, la nueva vida, la que me queda, la que ha pasado.
Pienso en que hace unos años, empezamos a salir solos con
nuestra primera moto una de 125, conocimos este mundillo que nos fue enganchando,
conocí a moter@s, grupos y organizadores de matinales, gente maravillosa y otra
no tanto…. Muchas anécdotas, y lo reconozco, muy buenos momentos.
Pero esta mañana hemos hecho una ruta corta, una ruta más
pensando en el tiempo, pues amenazaba lluvia, nuestro destino era llegar a la
matinal de LEGENDARIOS, pasar allí un rato, tomar unas cervezas y luego por
otra ruta volver a casa.
Pero no ha sido así, hemos parado a desayunar por el camino ya
de mala gana, el viaje no nos ilusionaba, y hemos decidido dar la vuelta y
volver a casa…… de regreso pensaba en los cambios y en lo valiente que fue
Dulcilicia al venir a Granada, y en todo lo que he dejado atrás, esos amigos,
esas salidas todos los Domingos…. Ahora ya no salimos todos los Domingos, ahora
los pocos que salimos son sin mucha convicción por mi parte, he cambiado, he
sido otro valiente que ha arriesgado su bienestar en Valencia y corro el
peligro que significa ¨cambio ¨.
Tal vez tenga algo que ver mi corazón, ese que me está
abandonado, me está dejando en la cuneta y hago mucho esfuerzo para que eso no
ocurra, pero me resta ganas de hasta salir con la moto.
A horas muy tempranas la moto ya en casa.....me falta ese
espíritu motero, me siento cansado y a la vez nostálgico y eso no es bueno.